1.3.10

Líneas Ciudad de México

El andar ha sido una práctica que ha acompañado al ser humano durante toda su historia. Al principio se manifestó como un fin en sí mismo ya que las primeras sociedades fueron nómadas y no había lugar al cual llegar; es decir el andar fungió como una condición permanente. A partir del sedentarismo y más tarde con la invención y desarrollo tecnológico de los medios de transporte, el andar fue relegado a un medio (en muchas ocasiones deplorado y desechado) para llegar “a…”. Agregando a esta situación el ritmo acelerado de la vida cotidiana, se ha generado en la conciencia de la gente la necesidad de acortar tiempos en sus recorridos. La enajenación y automatismo que ello ha provocado es una condición que sufre la mayoría de los habitantes de las grandes urbes. Alguien que no camina se convierte en un ser incapaz de interactuar con el exterior debido al miedo que engendra en su propio encierro. Ese miedo es producto de su propia imaginación, en muchas ocasiones reforzada por la nota roja de los noticieros.
Alguien que no camina además, ha perdido la capacidad de disfrutar de su entorno (cualquiera que sea), de convivir con los demás integrantes de la sociedad, recrudeciendo las tensas relaciones sociales que segmentan cada vez más a la ciudad. Comprendiendo este mal que aqueja a los habitantes de la ciudad, el andar adquiere una gran importancia para devolverles la conciencia de lo que les ha sido arrebatado.

El acto de caminar deja huellas, transforma el espacio. Las veredas por ejemplo, son líneas que se han ido dibujando en el campo con el paso de los años. En la ciudad, las líneas no son las calles, sino el recorrido generado en ellas, es decir se produce una red invisible de líneas que interactúa con la rigidez de las trazas urbanas.
Partiendo de la premisa de que las líneas son producto del caminar y en una ciudad son imperceptibles, "Líneas" trasgrede esta naturaleza y la traduce con la finalidad de despertar de una manera lúdica la conciencia de ello.

Esta intervención urbana se basa en una línea trazada con cal sobre la acera de los principales centros urbanos; invierte la línea de ser un producto a ser un generador, alterando así la propia cotidianidad. En el momento de que la línea es perceptible, invita a su recorrido a través de varias calles con el fin de romper la pasividad del habitante de la ciudad; el espectador se convierte así en el ejecutor de la obra misma.

LÍNEA DE LA JUSTICIA PERDIDA
(Agosto 2009)

Esta intervención es una acción temática que tiene como finalidad propiciar preguntas acerca de la condición social actual. En un mundo y un país en donde la palabra "Justicia" tan sólo es un concepto utópico y cada vez con menos significado, es necesario cuestionarse acerca de su práctica. La "Línea de la Justicia Perdida" nace de ello. El plan consistió en trazar 5 rutas posibles dentro de la Ciudad de México para trazar una línea de cal sobre la acera. El recorrido que tuviera cada ruta tendría que culminar en un mismo punto: la Suprema Corte de Justicia,a un lado del zócalo capitalino. Las líneas partieron de nodos urbanos que conectan con el centro de la ciudad y otros que sirven de referencia a los transeúntes: estaciones del metro principalmente y dos cantinas populares entre la juventud.


De esta manera las cinco rutas partieron de: 1. Metro Bellas Artes, 2. Metro San Juan de Letrán, 3. Metro Isabel la Católica, 4. Metro Pino Suárez; y 5. Cantina "Río de la Plata". La acción se desarrolló en dos etapas: 1. El proceso de realización. Durante este proceso se comienzó a despertar el interés de la gente al observar a un grupo de individuos pintando la banqueta de su ciudad, algunos preguntaron el porqué y no obtuvieron una respuesta clara, lo cual fue una de las intenciones de esta intervención. En este punto hubo una primera interacción con el "público". 2. La obra realizada. En esta etapa el público interesado mutó de ser observador a ser partícipe de la obra. Algunos seguieron la línea por un momento, otros no lo hicieron pero su interés fue despertado. Cabe mencionar que durante el recorrido estuvo escrito el nombre temático de la línea ("Línea de la justicia perdida") para que cuando finalizara se vislumbrara la intención del ejercicio.

Cabe decir que si bien hubo mucho interés en la gente, también hubo reacciones de rechazo en extremo, no se olvidan los "¡vayanse a ensuciar a otra parte!", que fue ocasionado por la "técnica" tan inmadura para trazar las líneas de cal, ya que era demasiado el polvo que producía nuestra acción. Sin embargo la técnica la fuimos depurando rápidamente.


Los altercados con la policía no se hicieron esperar. Una ruta no pudo culminar su acción porque fue reprimida y uno de sus integrantes (Mercus Mevel) remitido al "Juzgado cívico CUH-4". El pretexto fue porque se pasó por la Asamblea Legislativa del D.F. y eso lo tomaron como una protesta (que sí lo era de alguna manera, pero no así como lo plantearon los señores del "orden"). Al final de cuentas los argumentos por parte de los representantes del Estado no tuvieron muchas bases y el compañero remitido fue liberado, claro está, con una módica cantidad de un salario mínimo, cuando exigían al menos veinte. Se convenció a la juez de que la acción no dañaba a la ciudad ni a su mobiliario, ya que en cuestión de un par de días o una barrida, sería borrada.


Al final de la acción, hubo un buen sabor de boca. Cada uno de los equipos nos juntamos a compartir las experiencias, mientras que por otro lado la línea continuaba perturbando el recorrido ordinario de los habitantes de la ciudad.

Este proyecto tuvo el plus de conjuntar a un grupo de desconocidos con un fin común: perturbar la vida cotidiana. De esta manera, además de haber participado juntos en esta acción, también nos permitió conocernos y tener la experiencia de que es fácil hacer amigos.

... para terminar un video y otras imágenes.


Al final del video se escucha el sonido que hacían las piedras y la cal dentro del bote con el que se trazaron las líneas.

Hubo gente que tuvo la coincidencia de elegir tan sólo un lado de la línea para caminar. La línea fue también una frontera.


El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) también se hizo presente: al fondo se ve la tapa de lo que alguna vez fue la compañía de Luz y fuerza del Centro.

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