Por Mercus Mevel
La deriva es un ejercicio urbano que permite a quien la realiza, percatarse de las fisuras que hay en la realidad más cotidiana. Por ello nuestro interés de realizar derivas de manera constante.
Esta ocasión hicimos la deriva titulada Espejismos: Gaudí en la ciudad de México. Si bien el título podría aludir a alguna exposición de este arquitecto español en alguno de los museos más importantes de la ciudad, la invitación que hicimos dice entre signos de exclamación: “¡VISITAREMOS EN LA CIUDAD DE MÉXICO LA OBRA MÁS REPRESENTATIVA DE ESTE ARQUITECTO ESPAÑOL!”. Todo interesado en la obra de Gaudí podría decir que esto es un gran error, o peor aún, algunos urbanistas reaccionarios dirían que es una blasfemia.
Las derivas son prácticas urbanas de deambulación, de perderse en la ciudades, por ello mismo permite crear diversos mecanismos lúdicos para lograrlo. Esta ocasión el mecanismo fue tomar el mapa de Barcelona y recorrerlo en busca de la obra de Gaudí. Fueron cinco los edificios emblemáticos que buscamos:
1. La iglesia de la Sagrada Familia
2. La Casa Milá o La Pedrera
3. La Casa Batlló
4. La Casa Calvet
5. El Palacio Güell
¿A dónde llegamos? ¿Qué encontramos en lugar de la obra de Gaudí? Estas preguntas son imprescindibles y reflejan el interés que quisimos suscitar con este ejercicio. Sin embargo no se debe olvidar que en las derivas el recorrido en sí es el importante; lo interesante de este ejercicio fue conjuntar la incertidumbre del recorrido con la incertidumbre de la meta de éste.
1. La Sagrada Familia vs. Ciudad de México. Si bien la cita fue en la plaza de Santo Domingo en el centro histórico, nos resultó “fácil” encontrar nuestro primer emblema arquitectónico. La iglesia de Santo domingo representó dignamente, aunque a una escala pequeña, la sagrada Familia.
Fotografías de: http://www.gaudidesigner.com/ y Mercus Mevel, respectivamente.
El recorrido que siguió de la visita de la iglesia para llegar a la Casa Milá estuvo lleno de detalles urbanos o “follies” desde una perspectiva surrealista. Por ejemplo, encontramos una limosina en forma de helicóptero del ejército. Quienes la rentaban nos comentaron que los diseños son suyos y los mandan a hacer con unos “especialistas”. Es difícil de creer, pero nos asomamos a su interior y en realidad, a primera vista, parece ser excelente la calidad de los acabados: el corte del vidrio de los parabrisas, la carrocería, etc.
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Justo en esa misma esquina, pero del lado opuesto (República del Perú y Allende), una “casa” nos robó la mirada. Ignoramos quién era su dueño, pero recordamos al cartero francés Ferdinan Cheval (1836-1924), quien con cada recorrido a su trabajo, recopiló por 33 años, piedras de formas raras y con ellas construyó su gran vivienda: “El Palais Idéal” (ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Ferdinand_Cheval)
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Es verdad que aquí no hay piedras, y dudo que su dueño sea o haya sido cartero, pero la escencia de estas construcciones son las características rizomáticas que comparten; es decir una especie de “ultra-barroco personal”. Si Ferdinand Cheval se la pasó años recogiendo piedras, nuestro desconocido personaje chilango recogió otros (muchos) “accesorios”. No todos sirven como elementos arquitectónicos, pero sugieren una infinidad de usos.
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Es innegable reconocer el gusto que tiene el habitante de este lugar, por el arte. Nos hubiera encantado conocerlo, pero también fue divertido imaginarlo, especular su identidad.
2. Casa Milá vs. Ciudad de México. Caminamos por toda la calle de república del Perú, atravezamos el Eje Central y la Av. Reforma y porteriormente entramos a la colonia Guerrero. Justo en la tercera calle pasando Reforma (Calle Héroes esq. con Violeta) nos encontramos con nuestro segundo emblema arquitectónico.
Fotografías de: http://canalblog.es/tag/casa-mila/ y Mercus Mevel, respectivamente.
Aunque hayan remodelado este edificio, peor quedó. No cabe duda que el arquitecto que lo remodeló (si es que fue arquitecto), es adicto al pastel con merengue. No sabíamos en qué estado emocional nos encontrábamos. Fue una especie de desilución, pero a la vez de humor negro que recorría nuestras venas. Pareciera que los testigos de Jehová tienen un peculiar sentido del humor a escala urbana.
En el número 52 de la calle de Héroes, hay una antigua casa, al parecer de finales del siglo XIX y principios del XX, que se encuentra en muy malas condiciones. Si uno se asoma por entre las rejas del portón, podrá observar con gran morbo unos letreros debajo de un arco carpanel que dicen “La casa de las ánimas”. Esta casa, a pesar de lo devastada que se encuentra por el tiempo, ha sido utilizada por varios colectivos para darle diversos usos culturales como conciertos, proyecciones, etc. Lástima que estaba vacía en ese momento.
En el número 52 de la calle de Héroes, hay una antigua casa, al parecer de finales del siglo XIX y principios del XX, que se encuentra en muy malas condiciones. Si uno se asoma por entre las rejas del portón, podrá observar con gran morbo unos letreros debajo de un arco carpanel que dicen “La casa de las ánimas”. Esta casa, a pesar de lo devastada que se encuentra por el tiempo, ha sido utilizada por varios colectivos para darle diversos usos culturales como conciertos, proyecciones, etc. Lástima que estaba vacía en ese momento.
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Justo frente a la “Casa de las Ánimas”, se encuentra la casa del polémico y célebre arquitecto mexicano Antonio Rivas Mercado (quien construyó el Ángel de la Independencia y fue director de la Academia de San Carlos de 1903-1912), padre de una de las figuras más importantes del mecenazgo mexicano de la primera parte del siglo XX: Antonieta Rivas Mercado. La casa formó parte de un proyecto de restauración so pretexto de las fiestas del bicentenario en 2010. Pero tal es la adicción a los derroches y malas decisiones del Estado y sus representantes, la restauración fue suspendida, de hecho no se sabía qué función iba a tener el lugar después de su restauración. Si se le preguntara a un colectivo cultural no gubernamental qué uso le darían a la casa, las propuestas serían abundantes y muy interesantes.
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Caminando por Héroes hacia el sur, llegamos a la entrada del Panteón de San Fernando. Dentro, se pueden ver las tumbas de Benito Juárez, Ignacio de Comonfort, etc. Todos célebres personajes de la guerra de Independencia y de Reforma, las dos revoluciones burguesas que sufrió México en el siglo XVIII. Por cierto, durante la visita a este panteón, pudimos darnos cuenta de que el nombre “Josefa” fue muy popular y requerido durante la segunda mitad de ese siglo: hay más de una veintena de Josefas dentro de las tumbas.
También abundan los edificios que resguardan a los sindicatos "charros" (y en la mayoría de los casos, fantasmas) de la CTM.
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3. Casa Batlló vs. Ciudad de México. Pasando la Av. Puente de Alvarado, justo a un costado del primer “hospital psiquiátrico” de la Nueva españa (el ex-convento de San Hipólito), llegamos a nuestra tercer parada: la Casa Batlló. Ésta se encuentra en la esquina de la “plaza de la información”, y su ubicación dentro de ésta, se encuentra rodeada de lo peor de la tardomodernidad urbano-arquitectónica: el edificio “Estudios Tepeyac” y el edificio del “Bar Chapultepec”, un aborto urbano, tumor comercial en la esquina de Puente de Alvarado y Humboldt.
Fotografía de: http://www.greatbuildings.com/ y Mercus Mevel, respectivamente.
Atravezamos Paseo de la Reforma y continuamos por la Av. Humboldt hasta “topar con pared” en la calle de Victoria. Ahí doblamos hacia el centro, buscando nuestro siguiente espejismo. De pronto una mirada se dirigió al piso y encontró un mensaje:
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¡Nada podía detenernos! Ni las ilusiones derritiéndose. Gaudí se encontraba por ahí, y nosotros lo íbamos a encontrar.
4. Casa Calvet vs. Ciudad de México. Ante el caos de unas mentes que pretenden entender el porqué de las cosas, la Casa Calvet se asomó por la esquina de Luis Moya y Victoria. Un poco descuidado, el edificio apenas lograba respirar por las pocas ventanas abiertas.
Fotografías de: http://es.wikiarquitectura.com/index.php?title=Casa_Calvet y Mercus Mevel, respectivamente.
La siguiente meta era la más lejana y complicada. Continuamos por Luis Moya y doblamos hacia el poniente por la calle Marqués Sterling, en donde nos esperaba la Av. Balderas que cruzando Dr. Río de La Loza se convierte en Niños Héroes.
Sobre Niños Héroes, entre Dr. Liceaga y Dr. Lavista, hay una rara plaza con varias bancas alrededor y una plancha de concreto en medio. Estaba vacía y era sábado. Cuando volteamos la vista hacia el edificio que remata la plaza, supimos la razón de la ausencia: era la plaza del Servicio Médico Forense. Como buenos cronopios, no nos importó y nos sentamos un rato. Hasta que Gaudí, completamente incómodo de ello, nos llamó a continuar la caminata.
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Continuando sobre la misma avenida, un edificio alto y robusto corona la esquina con Dr. J. Navarro. Éste parece abandonado, qué lástima, se ve interesante.
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El olor de basura y coladera sin tapa se hace presente a esta altura de la avenida, en la colonia doctores. Un pensamiento parece común, a la doctores le urge un médico urbanista y una limpieza profunda en sus calles, por donde habita tanta memoria en los sillones.
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5. Palacio Güell vs. Ciudad de México. Cruzamos la Av. Cuauhtémoc por Dr. Martínez del Río, hasta llegar a la colonia Roma por Guanajuato. Aquí, el Barrio Gótico barcelonés presenta sus dotes laberínticos. Caminar por la Roma con el mapa del Barrio Gótico es una aventura amena, y más cuando los nombres de las calles son de estados y ciudades vernáculas del país. No se sabe qué es verdad, si estar en Orizaba, la Roma o Barcelona. Hasta que estando a una calle de nuestra meta, el Palacio Güell, comenzamos a sentir que regresábamos a la ciudad de México: el Palacio Güell resultó ser verdaderamente un espejismo llamado “los ángeles”, funeraria “los ángeles”. ¿Cuando murió el palacio?
Fotografías de: http://inciarco.info/comunidades/showthread.php?t=297 y Mercus Mevel, respectivamente.
Cuando leí por primera vez el Bestiario de Julio Cortázar, me quedé con un raro sabor de boca. Semejante sensación fue ésta. No lo lográbamos aceptar ni entender. Nos metimos al café que se encuentra a contra esquina en Tonalá #109, y desde un hermoso rincón, a través de la ventana, vimos cómo el espejismo se alejaba, como la sensación cuando el orgasmo se acaba. La estación al mundo real llegó lentamente, "funeraria los ángeles" se anunciaba recordándonos que todo tiene un fin, al menos ese día. Pagamos el café y nos fuimos pensando en ello.
Mercus Mevel
Mercus Mevel.
Mayo, 2011.
no saben q fue antes akel edificio d la calle navarro??
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